Hace unos días comenté en otro artículo, que cayó en mis manos un libro que me está abriendo los ojos, no solo en la vida profesional, sino en la personal, su título: ”Scrum, el arte de hacer el doble de trabajo en la mitad de tiempo”

Si en el anterior artículo hablé de la alegría como fuerza para el éxito hoy descubro habilidades en compañeras de trabajo que permanecían inconscientes en mi.

El viernes pasado coincidí en una obra con Patricia y Raquel, dos compañeras de Medgón, que habían ido a hacer mediciones para una cubierta de madera que nos habían solicitado.

Siempre coincido con ellas en “retaguardia” cuyas labores son diferentes a verlas con el casco y en la “trinchera”, con lo cual no he sabido ver, ni imaginar, cuán importante es su trabajo, qué bien lo desarrollan y cuanta pasión ponen subiéndose “en to lo arto del andamio” despreciando las mismísimas leyes de la gravedad y los obstáculos que toda obra siempre nos tiene esperando, y todo, en un ambiente “absolutamente de hombres”.

Esta nueva forma de ver su trabajo desde el punto de vista de la admiración, de ver como son mejores que uno mismo en algunas habilidades y cualidades, me ha ayudado a valorar esas fortalezas en ellas y a su vez, meditar en las que yo porto, repercutiendo en la mejora de trabajo personal y en equipo.

Sentí orgullo y admiración por mis compañeras, y en definitiva por todos los compañeros de trabajo ausentes en este caso, por estar dando lo mejor de ellos, por entender qué tan importante es ese trabajo para la misión de ayudar a los clientes, con lo cual, la mejora del mismo está asegurada.

Preguntas como: ¿Qué salió bien?, ¿Qué pudimos hacer mejor?, ¿Cómo puede mejorar el equipo? empiezan a ser normales después de cualquier trabajo, reunión o visita. Una forma de hacer, constantemente, una mejora continuada de nuestras acciones y trabajos, y la de nuestros equipos.

Por eso afirmo que Scrum en el trabajo, acelera el esfuerzo de los trabajadores, hace valorarte a ti y a los demás de una forma divertida y en Medgón, lo han sabido ver, introduciendo, sutilmente, esta forma de trabajar en equipo y la responsable de ello… lo sabe.

Quizá sigamos pensando que el valor de los hombres “se le supone”, pero el de las mujeres” hay que demostrarlo”,  por eso, volvamos conscientes las habilidades inconscientes de los demás y las nuestras, como una forma de mejorar, día a día, en nuestras vidas.

Carlos Ruiz Martinez Díez de Medinilla (Medgón Passivhaus)